ACTUALIDAD LITERARIA. La obra de Lakoff estudia el ámbito del lenguaje y debate políticos desde la perspectiva de lo que académicamente denomina “marcos”, esto es, lo que cada palabra evoca en el hablante. En esta línea investiga la genealogía de algunos neologismos nacidos en la política americana y que se valen de términos cuyo “marco” favorece un escenario, un “enmarcado”, buscado premeditadamente.
Lakoff también se pregunta sobre lo que tiene en común la génesis de nuevas palabras con el núcleo duro de las ideologías respectivas, esto es, si se es conservador por ejemplo, analizar como encajan entre sí las distintas posturas sobre uno u otro asunto. En este punto el autor se interroga sobre sus propias posturas y encuentra que lo único que tienen en común entre ellas es que son contrarias, punto por punto, a las tesis conservadoras.
Como paradigma de su teoría analiza las distintas expresiones que se acuñaron durante la subida al sillón de gobernador del estado de California de Arnold Scwarzenegger. Tantos unas como otras tienen en su construcción una marcada intención que enmarcan de una u otra manera un hecho determinado.
Tomaremos como ejemplo dos con intenciones claramente distintas. Uno, “ganárselo a pulso”, incide en los valores míticos de la nación americana, el “self-made man”. Otro, “simplemente un famoso” incide sobre la falta de criterio de los votantes californianos. En definitiva tanto la primera como la segunda, aparte de muchas más que vienen recogidas en el libro , fueron pronunciadas durante la exposición de la postura personal sobre el tema en cuestión, enmarcaban inmediatamente el discurso en uno u otro bando, y esto ocurre, con carácter general, para cada uno de los asuntos de discusión según pretende Lakoff.
La investigación de Lakoff avanza en el ámbito de los valores familiares. Apunta que los americanos identifican metafóricamente la nación y la familia y que por tanto es lícito pensar que el universo de términos relacionados con ésta podrán dar contenido a nuevos neologismos usados en instancias superiores, es más, dependiendo de la referencia familiar que evoquen a los distintos individuos estos neologismos tendrán un impacto diverso.
El autor se hace eco de la obra de James Dobson, que mejor obviaremos, para dar una referencia clara del estereotipo de padre conservador norteamericano. En el modelo de educación que recomienda para los hijos dicho autor encuentra Lakoff grandes paralelismos con la organización macroestructural de América en la actualidad.
Lakoff llega el núcleo de la dicotomía conservador-liberal con la contraposición de dos términos: mal y responsabilidad. El primero de ellos esta claramente inserto en la moral del padre estricto conservador, el mal es algo palpable, una realidad positiva que esta en el mundo sin necesidad de mayores explicaciones y es necesario combatirlo. Por otra parte el núcleo de la moral liberal/progresista es la noción de responsabilidad y su primer movimiento es la empatía. Esta es la piedra angular que marca las distintas posiciones en política exterior de demócratas y republicanos según el autor.
La segunda parte del libro es algo así como una “teoría de la acción”. Analiza como se concretan las predisposiciones que existen en uno u otro bando poniendo gran énfasis en el papel de los think tanks, algo así como un laboratorio de ideas, del partido republicano y el papel que han desempeñado éstos en la elaboración de un discurso lingüísticamente coherente así como dotado de la agresividad suficiente para hacer recular las posturas liberales en ciertos aspectos. Se analiza el discurso conservador como un tótem inamovible que deduce premisas de manera efectiva a partir de las ideas básicas de Dios y de bien y mal moral.
Como demócrata militante Lakoff aboga por un “reenmarcamiento” del discurso político en la tradición liberal que identifica con términos como generosidad e interés común en contra de la versión más individualista de los conservadores. En definitiva el autor apuesta porque, bajo el amparo de la misma metáfora que comparten demócratas y republicanos de la nación como una gran familia, ésta tome otras referencias conceptuales. La confianza en el otro frente al individualismo, la generosidad frente al interés propio, la empatía frente al “niega al diferente”.
Consideraciones ideológicas aparte Lakoff si que parece demostrar que en nuestro universo de discurso hay ciertas expresiones que bien por la convención social del momento o bien por tradición, delimitan el ámbito de acción de éste, esto es, a quién van a llegar mejor y en que grado le van a interpelar, algo así como símbolos tribales.
Dice Lakoff que el cambio de marco conlleva necesariamente un cambio social pareciendo querer obviar que, en rigor, es el cambio social previo el que conlleva un cambio de marco. Podemos crear toda clase de realidades con las palabras pero su vacuidad tarde o temprano saldrá a relucir por la naturaleza misma del lenguaje.
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Lakoff también se pregunta sobre lo que tiene en común la génesis de nuevas palabras con el núcleo duro de las ideologías respectivas, esto es, si se es conservador por ejemplo, analizar como encajan entre sí las distintas posturas sobre uno u otro asunto. En este punto el autor se interroga sobre sus propias posturas y encuentra que lo único que tienen en común entre ellas es que son contrarias, punto por punto, a las tesis conservadoras.
Como paradigma de su teoría analiza las distintas expresiones que se acuñaron durante la subida al sillón de gobernador del estado de California de Arnold Scwarzenegger. Tantos unas como otras tienen en su construcción una marcada intención que enmarcan de una u otra manera un hecho determinado.
Tomaremos como ejemplo dos con intenciones claramente distintas. Uno, “ganárselo a pulso”, incide en los valores míticos de la nación americana, el “self-made man”. Otro, “simplemente un famoso” incide sobre la falta de criterio de los votantes californianos. En definitiva tanto la primera como la segunda, aparte de muchas más que vienen recogidas en el libro , fueron pronunciadas durante la exposición de la postura personal sobre el tema en cuestión, enmarcaban inmediatamente el discurso en uno u otro bando, y esto ocurre, con carácter general, para cada uno de los asuntos de discusión según pretende Lakoff.
La investigación de Lakoff avanza en el ámbito de los valores familiares. Apunta que los americanos identifican metafóricamente la nación y la familia y que por tanto es lícito pensar que el universo de términos relacionados con ésta podrán dar contenido a nuevos neologismos usados en instancias superiores, es más, dependiendo de la referencia familiar que evoquen a los distintos individuos estos neologismos tendrán un impacto diverso.
El autor se hace eco de la obra de James Dobson, que mejor obviaremos, para dar una referencia clara del estereotipo de padre conservador norteamericano. En el modelo de educación que recomienda para los hijos dicho autor encuentra Lakoff grandes paralelismos con la organización macroestructural de América en la actualidad.
Lakoff llega el núcleo de la dicotomía conservador-liberal con la contraposición de dos términos: mal y responsabilidad. El primero de ellos esta claramente inserto en la moral del padre estricto conservador, el mal es algo palpable, una realidad positiva que esta en el mundo sin necesidad de mayores explicaciones y es necesario combatirlo. Por otra parte el núcleo de la moral liberal/progresista es la noción de responsabilidad y su primer movimiento es la empatía. Esta es la piedra angular que marca las distintas posiciones en política exterior de demócratas y republicanos según el autor.
La segunda parte del libro es algo así como una “teoría de la acción”. Analiza como se concretan las predisposiciones que existen en uno u otro bando poniendo gran énfasis en el papel de los think tanks, algo así como un laboratorio de ideas, del partido republicano y el papel que han desempeñado éstos en la elaboración de un discurso lingüísticamente coherente así como dotado de la agresividad suficiente para hacer recular las posturas liberales en ciertos aspectos. Se analiza el discurso conservador como un tótem inamovible que deduce premisas de manera efectiva a partir de las ideas básicas de Dios y de bien y mal moral.
Como demócrata militante Lakoff aboga por un “reenmarcamiento” del discurso político en la tradición liberal que identifica con términos como generosidad e interés común en contra de la versión más individualista de los conservadores. En definitiva el autor apuesta porque, bajo el amparo de la misma metáfora que comparten demócratas y republicanos de la nación como una gran familia, ésta tome otras referencias conceptuales. La confianza en el otro frente al individualismo, la generosidad frente al interés propio, la empatía frente al “niega al diferente”.
Consideraciones ideológicas aparte Lakoff si que parece demostrar que en nuestro universo de discurso hay ciertas expresiones que bien por la convención social del momento o bien por tradición, delimitan el ámbito de acción de éste, esto es, a quién van a llegar mejor y en que grado le van a interpelar, algo así como símbolos tribales.
Dice Lakoff que el cambio de marco conlleva necesariamente un cambio social pareciendo querer obviar que, en rigor, es el cambio social previo el que conlleva un cambio de marco. Podemos crear toda clase de realidades con las palabras pero su vacuidad tarde o temprano saldrá a relucir por la naturaleza misma del lenguaje.
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1 comment:
Cándido muchas felicidades, me gusta mucho como escribes.
No pude hacer la práctica de la entrevista contigo porque no asististe a la práctica del viernes, pero bueno, ya lo haremos en otra ocasión. ¡Un beso!
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